El Profesor Valentín Hernández Useche, colega, paisano y mejor amigo, despliega sus velas de neblina capachera y deja a la deriva sus bajeles de emoción, buscando en el puerto el comentario favorable o adverso de la crítica, que desde luego, todo artista verdadero espera, para así hacer un cómputo más o menos eficaz al itinerario de su obra.

VALENTÍN, a secas, como yo suelo fraternalmente nombrarlo, muy conocido por su labor pedagógica y como escultor, (Tallas y esculturas de la santa iglesia San Pedro de Capacho) experimentado cultor del arte en sus variadas manifestaciones, en la presente oportunidad, ha querido mostrarnos sus excursiones y logros en la plástica pictórica, fase de sus dotes polifacéticas, poco conocida por el público de nuestra Ciudad capital. Hoy en plenitud de sus facultades en el manejo del color, el lienzo y el pincel; la galería, recientemente inaugurada, que lleva el nombre de quien escribe estas notas, y patrocinada por sus entusiastas propietarios, la exquisita pintora doña Celeste MorIes de Carrillo y el inspirado colorista don Miguel Ángel Sánchez, en esta oportunidad, abre nuevamente sus acogedores salones para mostrar la obra de otro pintor del Táchira.

En cuanto a la pintura del artista, solo me limitaré brevemente a comentar su estilo, un tanto inclinado a la escuela impresionista (y quizás otro tanto al Expresionismo de Vicente Van Gong), inspirado además en temas de nuestra tierra, la multiplicada policromía de su luz, la nostalgia de sus gentes, todas ellas de gran sabor folklórico, algo así con una sonoridad sincopada de tiples, guitarras y bandolines, Seguro estoy de que todos los asistentes a la exposición pictórica de Valentín Hernández Useche, no dudarán en demostrarle su reconocimiento y aplauso que muy bien se lo merece.

Fraternalmente,

Manuel   Osorio Velasco

San Cristóbal, de 1978.